Una vez hecha la sesión de fotos, con los digitales en vuestro poder, quedan olvidados en un cajón. A mí me fascina dar vida a esos recuerdos a través de las impresiones. El papel fotográfico es una muy buena opción. La textura en papel seda profesional te permite no sólo disfrutarlo con la vista, sino también palparlo sin miedo a estropearlo ni dejar huella.
La cajita que os muestro hoy es una de mis Cajas con Fotos preferidas: sencilla. Ni aperturas ni cierres, sino imanes. Dentro, las fotos. Nombre grabado en la tapa. Puedes guardarlo o bien usar la propia tapa de soporte para enmarcar la foto que te más os guste.