Garban no es un nombre. Es el diminutivo de Garbancito. He decidido ponerle este nombre al post, en vez de Diego, ya que cuando sus papás entraron al estudio, al principio de la sesión, era así cómo se referían a su pequeñín. Sí, digamos que en el intervalo de esas aproximadamente cuatro horas, cuando les pregunté qué nombre querían que les pusiese en la tripota, fue cuando decidieron ponerle su nombre definitivo, el de Diego. ¡¡¡ Menuda responsabilidad!!! 🙂

Ya tengo curiosidad y ganillas de conocer al chiquitín, aunque aún me queda un poquito ya que aunque la sesión la hicimos hace un mes, aún no ha nacido..

Las fotografías salieron preciosas, por lo que agradezco a sus papás que me hayan permitido compartir algunas de ellas con todos.

Seguro que sale un pequeñín de lo más risueño, porque nunca había conocido a una persona que sonriese ni se riese tanto, a cada segundo y de cualquier cosa! Es estupendo la verdad, porque esa alegría la transmitía al resto (su marido y yo) que terminábamos riendo junto con ella, sin saber por qué. 😀

No me soprendió por ello demasiado que tardase ni medio segundo en sacar una nariz de payaso..

Por el mismo motivo, saldrá un pequeñín también muy dulce, porque su mamá es una adicta a las gominolas y lo aprovechamos para reflejarlo en las fotos..

Lo que ya no sabemos es si saldrá madridista o culé, pero el espectáculo estará asegurado en los derbis.

La mamá de Diego es una auténtica cocinitas. Para las fotos trajo un tentempié, y tuvo el detallazo de hacerme uno personalizado para mí. Muchas gracias!!!