A veces pensamos que el recuerdo más bonito fue el de nuestro primer embarazo, por ello lo de querer inmortalizarlo, hacer cosas diferentes que no lo recuerden para siempre. Pero todos los embarazos son especiales, los segundos, y los terceros y todos los siguientes. Es cierto que muchas veces no nos da tiempo a disfrutarlos de la misma manera, ¡¡es imposible!!. Como padres hay mil cosas que hacer y hermanos de los que ocuparse. El tiempo ya no se para como conseguíamos hacerlo la primera vez, y debemos seguir el ritmo que nos marca nuestra vida: trabajos, colegios y horarios.

Pero aun así, merece la pena dedicarse un día a disfrutar, a respirar hondo y sentir de una manera pausada la maternidad, con tus pequeños y el/los que está/n por venir. Porque esos recuerdos volverán a ser igual de especiales que las fotos de tu primer embarazo. En algunos casos incluso me decís que aún más bonitos los resultados, dado que de lo único que tenéis que estar pendientes es de vuestros peques y no tanto de la cámara. Mirándoles, abrazándoles y achuchándoles mientras te dan un beso en la tripa o se recuestan a tu lado, es la mejor manera de sacar tu mejor sonrisa y tu mejor mirada.

Hoy os traigo una sesión muy cortita, de esas que llamo minisesiones y que duran media horita. A veces no necesitamos más tiempo para generar recuerdos así de especiales.

Si quieres ver más sesiones de embarazo con hermanos mayores puedes ver la Sesión de Embarazo con Martina y Alba y algunas fotos de sus evoluciones de embarazo a lo largo de los años

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