Aunque hice la sesión de Noah en Abril como regalo por su primer año, acabo de realizar el procesado y retoque de algunas imágenes más de la sesión.

¿Diablillo o angelote? Eso es lo que se pregunta uno al ver las imágenes resultantes. Pues un poco de todo, lo que es indudable es que de cualquiera de las maneras siempre te arrancaba una carcajada o al menos una sonrisa; fotogénico a más no poder, parecía que posase incluso dormido.

Me siento en obligación de mencionar la hospitalidad y cercanía de esta familia al completo, que no me dejaron marcharme sin un taper con croquetas recién hechas por la bisabuela de Noah, de las más ricas que he probado. Muchas gracias a vosotros por todo!!