La sesión de Patri y Ángel fue un regalo de boda de sus amigos Raquel, María y Óscar.

Debido a su situación particular, ya que no residen en Madrid, hicimos la sesión entre la mudanza de Bucarest a EEUU, aprovechando una visita familiar a Madrid. Quisieron orientar la sesión precisamente a aquellas cosas que echan tanto de menos de aquí, y para ello en ningún momento dudaron que debían aparecer en las fotos con sus amigos, a quienes quisieron incluir.

Nuestro escenario fue variado, desde el templo de Debod, pasando por la Plaza Mayor, el Mercado de San Miguel y terminando en La Latina. El doble propósito de salida de amigos y sesión fotográfica se reveló como una nueva posibilidad a recomendar sin duda alguna.

Debo decir que lo pasé estupendamente, ya que en muchas ocasiones me hicieron sentir como una más entre ellos.