Hay personas que transmiten paz con su mirada. Parejas que se pierden en su propio mundo cuando se miran la una a la otra. Y sesiones que transmiten y te hacen vibrar porque notas ambas cosas.
«Se pueden vivir dos horas al día sin móvil. NO PASA NADA». Ese es su estado del WhatsApp. Y no me sorprende: me hace sonreír. Por supuesto que se puede. Y días enteros si es necesario. De la misma forma que otros días te lo pasas alerta y atenta 20 de 24 horas. Supongo que esta es la vida del autónomo y con la mamá Daniel me siento identificada en esto y muchas otras cosas.. aunque la mamá de Daniel no es fotógrafa sino que tiene una panadería/pastelería de autor.
Esta sesión de fotos para embarazadas también es especial porque algunas de las fotos que me tienen enamorada son propuestas por ella, no por mí, obligándome a salirme de lo habitual y a probar cosas nuevas, que ya sabéis que me encanta y siempre os animo a proponerme vuestras propias ideas, para dedicarme únicamente a materializar esa sesión que teníais ya en mente.
Es una sesión de contraluces en su mayor parte, blancos y negros, líneas, curvas y sensaciones. Sí, también rompe mi estilo habitual de super colorido (no lo puedo evitar, ¡¡ me encanta !!, pero también me encanta esto). Mariposas volando, magia en el ambiente, sonrisas sutiles y miradas serenas y calmadas. Luces y sombras, porque la vida está repleta de ellas: luces que dan alegría, sombras que dejan entrever los grises del camino. En esta sesión, como os digo, la gama de matices se encuentra entre grises, blancos y tonos sepia. Y esas mariposas que espero os impulsen a volar por un sendero repleto de matices y sensaciones hermosas (¿hay algo más hermoso que la maternidad? ¿en serio?).
Quiero agradeceros chicos que me dejéis compartir vuestra sesión, dado que Ana, con tus poses, tu actitud y tu serenidad has conseguido que algunas de mis fotos me parezcan pequeñas obras de arte. Un fuerte abrazo.
