SESIONES DE RECIÉN NACIDO – NEWBORN EN MADRID
En uno de mis grupos del WhatsApp tenemos una compañera a punto de caramelo para dar a luz. Hoy se ha abierto la veda y cada una le da consejos de última hora y le cuenta su propia experiencia. Hoy, se me ha hecho un nudo en la garganta, las mariposas se me han revolucionado en el estómago y tengo cara de embobada y mis emociones están luchando por hacer que se me caiga una lagrimita. Hoy recuerdo con emoción de nuevo lo que fue para mí mi parto, y tener a mi pequeña entre mis brazos.
Recuerdo que de primeras fue extraño según me la pusieron encima, creo que me sentía algo desubicada de la pequeña a la que había hablado a todas horas mientras acariciaba mi barriga, pero enseguida la sentí, fue parte de mí, supe que la querría para siempre y con un amor que no se parece a nada que había conocido hasta ahora. No soy muy creyente pero creo que eso es justo un milagro.
Cuando una aún no ha sido madre es difícil entender y asimilar todo lo que te cuentan, piensas que no será para tanto. Luego te das cuenta de que es mucho más que aquello que te pudieran haber contado aunque siquiera eres capaz de contabilizar cómo de mejor, simplemente es sensacional.
Y ahí es cuando paras un segundo y te dices, ¿y cómo no inmortalizar estos momentos? Crecen tan rápido, hoy ya tiene una expresión diferente a la de ayer. Sus pies ya no están tan arrugaditos y soy consciente de que lo estaban, pero no consigo recordarlo. Ahí es cuando quieres esa sesión tan especial como es la de recién nacido. Una sesión que no se parece en nada a ninguna otra que le puedas hacer en un futuro. Siempre explotarás de amor, pero esas primeras fotos son las que te harán un nudo en la garganta, te revolucionarán las mariposas en el estómago y harán que se te salga la lagrimita.
