Hay veces que pasa el momento de hacer fotos de recién nacido, ya sea por falta de tiempo a la hora de ser padres, porque la mami necesite algo más de tiempo para recuperarse tras el parto, o simplemente porque no caéis en ello, sois muchos los que me llamáis para hacer unas fotos de Recién Nacido cuando vuestro peque ronda las 3-4 semanas. En esos casos, me gusta seros totalmente franca, y quitaros de la cabeza la idea que podáis tener de hacer una sesión de recién nacido. No significa que las fotos no vayan a ser bonitas, significa que hay que ser realista con el tiempo que tienen vuestros peques, lo despiertos que ya están y lo acostumbrados que puedan estar ya a sus rutinas habituales con esa edad. Pensad que ya reaccionan ante cualquier estímulo nuevo, y tienen la capacidad de reconocer y estar alerta ante situaciones diferentes, a todo lo que salga de su rutina ya establecida.
¿Qué significa eso? Que ya saben lo que es estar vestidos y desnudos (sobre todo en invierno), entienden que cada vez que les quitáis el pañal ocurre algo: me limpian o me bañan o simplemente me cambian de ropa.
Me gusta sincerarme con vosotros y contaros qué resultados podéis esperar de vuestra sesión y cuáles no. Para ello hablamos largo y tendido y os haré un montón de preguntas acerca de su comportamiento y vuestra rutina, con la única finalidad de indicaros qué podremos hacer y qué no.
La sesión de hoy es continuación de una sesión premamá preciosa en exteriores que muchos de vosotros recordaréis:
Esta vez la protagonista estaba ya fuera de la panza. Debido a los días que tenía ya la pequeña, prácticamente el mes cumplido, ya no pudimos hacer una sesión Newborn, pero sí un montón de fotitos de ella solita, con los papis y su abuelita. Porque para la ocasión también vino su abuelita, que sale en las fotos repleta de orgullo y rebosando amor. Y es que esta pequeña, Valentina Isabel, estoy segura de que os va a cautivar a vosotros también con su mirada.